domingo, 22 de septiembre de 2013

Trastornos del espectro Autista.

Sociedad Iberoamericana
de Información Científica
Importancia del Diagnóstico Oportuno de los Pacientes
con Trastornos del Espectro Autista
Resumen objetivo elaborado
por el Comité de Redacción Científica de SIIC en base al artículo
El Uso del “Chat Adaptado” como Instrumento para la Detección Precoz de los Pacientes
con Trastornos del Espectro Autista (TEA)
del autor
Alonso Franco A
integrante de la
Asociación de Niños de Padres Autistas de Badajoz, Badajoz, España
El artículo original fue editado por
Foro Pediátrico
Los trastornos del espectro autista son alteraciones crónicas y limitantes que afectan la
comunicación, la conducta y la interacción social y generan un nivel significativo de estrés
familiar. Desafortunadamente, la detección temprana de los trastornos del espectro autista
es compleja y la edad del diagnóstico es posterior a la edad de detección de los primeros
síntomas y signos de alarma.
Trastornos del espectro autista: definición
y diagnóstico
El diagnóstico de los trastornos del espectro autista (TEA)
tiene lugar durante los primeros años de vida. Estos trastornos
del neurodesarrollo son crónicos y limitantes, afectan la comunicación,
la conducta y la interacción social y generan un nivel
significativo de estrés familiar. Dada la ausencia de marcadores
biológicos que permitan diagnosticar los TEA, es fundamental
prestar atención a los aspectos clínicos. Desafortunadamente,
la detección temprana de los TEA es compleja y la edad del
diagnóstico es posterior a la edad de detección de los primeros
signos de alarma. No obstante, se halló que la mitad de los
padres de los niños con TEA refieren preocupación acerca del
neurodesarrollo de sus hijos a partir de los 18 a 24 meses.
El retraso del diagnóstico de los pacientes con TEA se vincula
con la incidencia relativamente baja de la entidad, con las dificultades
de los padres para detectar los síntomas y con la falta
de información y formación de los profesionales que se desempeñan
en el contexto de la atención primaria. En este último
caso puede observarse el desconocimiento de las manifestaciones
clínicas y la atención insuficiente a las inquietudes referidas
por los padres. Otros factores que limitan el diagnóstico
incluyen la ausencia de instrumentos específicos de evaluación
del desarrollo comunicativo y social, la ausencia de trastornos
sensoriales y motores y la presentación clínica heterogénea y
cambiante a medida que avanza la edad.
Creación del CHAT adaptado
El equipo de diagnóstico y orientación de la Asociación
de Padres de Niños Autistas de Badajoz (APNABA) adaptó la
Checklist for Autism in Toddlers (CHAT) elaborada por Baron-
Cohen y creó el “CHAT adaptado”. Las adaptaciones efectuadas
fueron de índole cultural e incluyeron la omisión de las preguntas
menos relevantes. El objetivo de la creación del Chat adaptado
fue aplicarlo en el contexto de la atención primaria con el fin
de llevar a cabo la detección sistemática de los TEA en niños de
24 meses y efectuar derivaciones oportunas. Esta herramienta
incluye cinco ítems que debe responder uno de los progenitores
y cuatro ítems que deben ser observados por el pediatra.
Los padres deber responder: si los niños disfrutan y participan
de juegos con un esquema de preguntas y respuestas
en los que permanecen atentos y activos y si solicitan al adulto
que prosiga con el juego. Esto permite valorar la respuesta
al juego interactivo y circular. Además, se evalúa la conexión
emocional del niño durante el juego según el nivel de atención,
la mirada, la sonrisa y la capacidad de anticipación. En segundo
lugar, se pregunta a los padres si los niños se interesan por
otros niños o cómo actúan en presencia de otros niños. De este
modo se valorará el interés por los pares y puede obtenerse
información sobre las conductas de apego hacia los padres. El
tercer ítem tiene el fin de evaluar si los niños simulan que un
determinado objeto es otra cosa, es decir, si son capaces de
realizar juegos simbólicos, de imaginar y separarse de la realidad
concreta del objeto en cuestión. Otro punto de interés es
evaluar si el niño señala con el dedo índice para pedir o llamar
la atención sobre algo. Dicho comportamiento prelingüístico
aparece entre los 12 y los 18 meses y refleja la capacidad de
atención conjunta, es decir, de dirigir la atención del adulto
hacia un objeto externo para solicitarlo o compartirlo. La
ausencia de este comportamiento constituye un indicador de
trastornos generalizados del desarrollo o TEA. Si el niño señala
es fundamental corroborar que lo hace con los objetivos de
pedir lo que desea y compartir la presencia del objeto con un
tercero. En ausencia de esta habilidad puede ser que el niño no
tenga intención comunicativa o que haga un uso instrumental
del adulto, es decir, que lo lleve hasta el objeto que desea.
Por último, los padres deberán indicar si los niños saben jugar
adecuadamente con juguetes pequeños o miniaturas con el
fin de valorar la capacidad de juego funcional. Mediante este
tipo de juego, el niño es capaz de utilizar cualquier juguete de
la forma esperable para la cual fue creado y dejar a un lado
las manipulaciones inmaduras y estereotipadas como arrojar,
chupar o golpear los objetos.
Como parte del Chat adaptado, los pediatras deberán valorar
la capacidad del niño para comprender las conductas que
implican atención conjunta mediante el señalamiento de un
objeto. Normalmente, el niño es capaz de dirigir su atención y
comprender que el dedo que señala es un gesto que se refiere
a otra realidad diferente de sí mismo. En segundo lugar, el
pediatra debe lograr la atención del niño y darle un auto, un
vaso, una cuchara, un plato y un muñeco. El objetivo en este
caso será evaluar el juego funcional, es decir, el uso adecuado
de los objetos, y la aparición de juego simbólico, de manipulaciones
que impliquen hacer “como si” comiera, bebiera o
removiera la comida. También se prestará atención a la creación
de relaciones funcionales entre los objetos. En tercer
lugar se solicita al pediatra que pregunte al niño dónde está
la luz (u otro objeto) y observe si la señala con el dedo índice.
El objetivo es evaluar la atención conjunta a nivel expresivo.
Dicha atención se pone de manifiesto cuando el niño emite la
conducta de señalamiento digital. La respuesta será válida si
el niño mira al pediatra a la cara cuando señala. Esta prueba
también permite evaluar la respuesta al lenguaje. La falta de
respuesta es notoria en niños con TEA.
Existen otras conductas cuya presencia podría contribuir a
la sospecha de TEA como las estereotipias, los movimientos
repetitivos no funcionales, las posturas extrañas de los dedos,
la exploración atípica de los objetos, el interés por objetos atípicos
y la fijación a objetos. Asimismo, debe prestarse atención
a las reacciones emocionales sin causa aparente como la risa
inmotivada, las conductas sin meta y los rituales. Finalmente,
se recomienda evaluar la ausencia de respuesta al lenguaje, de
conducta dirigida, de habilidades comunicativas o sociales y de
imitación de gestos sociales básicos.
Conducta a seguir ante la sospecha de un TEA
Si se sospecha un TEA deberá efectuarse la derivación a un
especialista. Es fundamental asegurar una comunicación cuidadosa
con los padres con el fin de asegurar que el niño reciba
la atención necesaria. La aplicación del Chat adaptado permite
disminuir la edad de diagnóstico de los TEA. Es importante
conocer los síntomas y signos indicativos de TEA, diagnosticar
y derivar a los pacientes en forma oportuna. Esto modificará
significativamente el pronóstico y la evolución de los niños ya
que permitirá el abordaje terapéutico temprano. Asimismo,
brindará la posibilidad de planificar los recursos educativos,
asistenciales y médicos y disminuir el estrés familiar y el riesgo
de intervenciones clínicas inadecuadas.
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